El estruendo de las cosas al caer por su propio peso, parecen no escucharse, por el mismo ruido del tiempo, que las sucia. Cuando el hombre crece apoyado de fundamentos vanos, está condenado a sufrir aparatosas caídas.
La segunda caída de la semana es premonitoria de las que seguirán, en Bogotá como en otras partes del mundo, resulta evidente la incompetencia de los niños mimados que se estiran hasta alcanzar casi los uno con setenta y seis. Como afortunadamente los medios independientes, es decir, los que no hacen parte de la maquinaria informática que encubre la corrupción. Están generando una fuerte presión universal, sobre esos temas de fondo cuya forma sale a la luz pública para mostrar la vergüenza de los dirigentes que en otrora eran inmaculadas figuras. A través de estos medios, se puede ejercer un verdadero periodismo sin pacionalismos, sin odio ni mucho menos, por réditos económicos. Ir de frente y sin esconderse, pues lo que se busca es la verdad entre uno y otro punto de vista.
Estados Unidos está en campaña de reelección, para lo cual harán uso de cualquier estrategia para lograr la voluntad del pueblo.
Colombia también se encuentra en campaña donde la política no es diferente a la romana o griega … aparecen los candidatos, presentan sus ‘propuestas’, es decir , su currículo. Pero de ideas muy poco. Lo que quiere decir que no son idóneas para ejercer cargos públicos… vale advertir algunas cosas en las que si el país vuelve a caer es porque se merece el golpe. Voy a ser recurrente en precisar que no todos los hombres están en condiciones de ejercer la política desde las candidaturas populares, ya que hay buenos tipos en sus casas o siendo nietos de algún famoso, pero eso no quiere decir que sea cuestión de improvisar, ya que algunos se creen con el derecho de ensayar con lo ajeno. Las grandes maquinarias, tienden a buscar a ciertos individuos que gozan de popularidad mediática para presentarlos como candidatos de lo que no saben resultando un fiasco, pero esos es lo que necesita la maquinaria, por eso no es de extrañar que en algún momento Shakira aspire a la gobernación de algún estado en el mundo.
Esta comprobado hasta la saciedad que un cartón de Harvard, no garantiza una buena gerencia, sobre todo si el promocionado es presumido, el político, es aquel que tiene la vocación, el interés por el servicio a sus conciudadanos; de esos en Colombia y América hay por montones.
La caída del señor Moreno egresado de la universidad de Harvard, fue suspendido por tres meses extendidos del cargo de alcalde, rompiendo todo precedente en la historia reciente de la ciudad capital de Colombia, porque es que Bogotá es otra Colombia, se supone que si un gobernante no puede administrar en Bogotá es porque es demasiado incompetente, y fue precisamente por incompetencia administrativa que la procuraduría lo “suspendió”.
Pero el mayor daño, fue el que sufrió el Polo democrático ya que pierde toda posibilidad de recuperar la alcaldía que en franca lid habían alcanzado con el señor Luis Garzón (que no es de Harvard, lo que corrobora mi tesis. Pero es un gran señor, finalmente eso es lo que necesita un pueblo ser gobernado por señores, no necesariamente por doctores maliciosos). El Polo tiene que ser fiel a su filosofía ideológica, porque de lo contrario puede desaparecer, lo que sería terrible para la democracia en el país. La colectividad decidió quitar el respaldo político al señor Moreno, presionado por la situación de los “Nule”, en la que los hermanos Moreno tienen serias implicaciones (lo que uno dice es: gente con tanto dinero y sin embrago, no está satisfecha) en materia de contratación.
Algunas veces miro fija mente al horizonte, con una dulce expectativa que recorre el sentimiento en el anhelo de que de allá viene el justiciero, el que pone las cosas en su sitio.
El estruendo de las cosas al caer es que se llevan muchas cosas por delante. Colombia está liderando el mundo en materia de anticorrupción, cosa que es gratificante para la confianza estatal. De modo que todo lo que al caer se lleve la mala fama del país, hay que encomiarlo.
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